En el mundo empresarial que con el tiempo evoluciona, que a su vez se vuelve más dinámico, y en el que se ven envueltos individuos, con sus problemas, sensaciones, pensamientos, ideas, emociones y modos de actuar que deben gestionarse para que un negocio pueda desarrollarse.
Si tenemos en cuenta que estos individuos están en constante relación por los diferentes procesos que podamos manejar en nuestras empresas, la situación se torna más compleja.
Por esta vez, queremos hacer énfasis en las emociones tóxicas que debes evitar que aparezcan en tu negocio, más concretamente con tus colaboradores, para hacer las relaciones más llevaderas.
¿Qué son las emociones tóxicas?
Para no entrar en el debate de la definición de felicidad, vamos a tomarla como la plenitud a la que aspira todo ser humano.
En ese camino aparecen las emociones que pueden clasificarse como positivas y tóxicas. Las positivas son las que mejoran el bienestar de la persona y con las cuales se siente a gusto.
Las emociones tóxicas, son un concepto desarrollado por Bernardo Stamateas en su libro ‘Emociones Tóxicas. Cómo sanar el daño emocional y ser libres para tener paz interior las cuales podrían resumirse en aquellas que nos alejan de la felicidad y que deben ser sanadas para encontrar un mejor dominio de nuestra vida y acercarnos más a la idea de inteligencia emocional.
¿Qué tiene que ver esto con mi negocio?
Los negocios son manejador por personas que están al mando de más personas, todas con sus propias vidas y emociones que se ven envueltas en el dinamismo del mercado.
Podemos hacer un símil de la felicidad del ser humano con la armonía de una organización. Debemos gestionar esas emociones tóxicas que pueden ir apareciendo en nuestros colaboradores por el trajín diario que se maneja en una empresa.
A continuación las 7 emociones tóxicas que debemos gestionar para eliminarlas de nuestro negocio
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Angustia
Los días pesados y momento difíciles traen consigo un sentimiento de incertidumbre que conlleva a la angustia en los empleados.
Podemos solucionarlo elaborando planes de contingencia y definiendo bien el aporte de cada quién en el desarrollo de la organización para posteriormente comunicarlo de manera global.
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Envidia
Dicen que es mejor despertarla que sentirla. Pero en nuestro negocio debemos erradicarla. Si cada individuo se siente importante dentro de la organización y siente que con lo que hace ayuda a la compañía, está emoción tóxica no debería aparecer
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Miedo
El miedo es un enemigo que se alimenta por sí solo y que puede contagiarse. Gestionemos su tratamiento a partir del conocimiento del origen de éste.
Para enfrentar y superar el miedo colectivo se debe saber en dónde se generó y por donde empezó para cortarlo de raíz.
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Sensación de fracaso
La decepción puede aparecer ante un objetivo que no se cumplió o un plan que no salió como se esperaba. Es importante recordar en esos momentos que todo tiene solución, no es el fin de nuestra compañía.
Es importante resaltar ahora lo conseguido y el aprendizaje junto con la experiencia que se ha adquirido para eventos futuros.
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Desesperación
Los individuos en ocasiones suelen agobiarse por aquellos problemas que no los hace sentir bien y ven en los obstáculos de la cotidianidad del negocio un reflejo de ello.
Es aquí donde cabe recordar que todo tiene solución y que en vez de perder el tiempo en pensar en nuestros agobios y problemas, debemos invertir ese tiempo e la búsqueda de soluciones.
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Rechazo
Las relaciones sociales son el pan de cada día en una organización. Y los miedos de los individuos por ser aceptados por sus compañeros o no pueden aparecer.
Es responsabilidad nuestra, sin importar el lugar que ocupemos en la compañía, romper con estos miedo a través de iniciativas como encuentros extracurriculares, celebraciones especiales que los incluyan a todos, apoyo incondicional en momentos difíciles y buen trato en el día a día.
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Insatisfacción
Es muy común encontrar colaboradores insatisfechos bien sea por su rendimiento o por que la compañía no está cumpliendo con sus expectativas.
Para mitigarlo, debemos estar en constante comunicación con ellos para conocer qué es lo que esperan del negocio y qué estrategias utilizar para que la relación Empresa-Individuo se fortalezca y llene las expectativas que se tienen entre sí.